martes, 15 de febrero de 2011

DE PENA

Cuando tendríamos que ir avanzando hacia delante lo que hacemos es dar pasos hacia atrás. Nos movemos en una cortina de humo que nos quiere mostrar una sociedad avanzada, plural, tolerante, en la que todos somos iguales y bla bla bla. Todo mentira, como diría la canción. La realidad es bien diferente, y los extremismos siguen ahí, incluso más acentuados si cabe. Sólo se encuentra la paz, la tranquilidad y la libertad en ciertas zonas de ciertas ciudades, todo muy limitado.

Pero ahí tenemos un partido político de cuyo nombre no quiero acordarme, financiando cadenas de televisión donde se dan mensajes racistas, homófobos, machistas, radicales, sucios etc, y no pasa nada, absolutamente nada. Tenemos libertad de expresión, y la utilizamos para lanzar mensajes en contra de la libertad de cualquier persona para hacer con su vida lo que le de la real gana. Libertad de expresión para limitar la libertad de quien no es como yo quiero que sea.

¿Lo peor? Que a ese partido político se le vota. Que dentro de poco tiempo gobernará este país, que tendremos a esos mismos homófobos quitándonos derechos que ya hemos adquirido, lanzando mensajes con mayor libertad, si cabe, de la que lo hacen ahora, y tendremos que callar, tendremos que tragar, tendremos que seguir hacia una meta que cada día, personalmente, veo más lejana.

No sé realmente si la gente sabe a quien vota o es que piensan como ellos. No sé que es peor, si una cosa o la otra. Sólo tengo claro, muy claro, que hay idologías que por mucho tiempo que pase no van a cambiar ni tan si quiera un poquito. Una lástima pero es la realidad.

Intentaremos seguir luchando...

OPORTUNIDADES

Tengo muchas veces la sensación de equivocarme una y otra vez con las personas. No con todas, menos mal, pero si con algunas. Y aunque muchas veces tengo la certeza de que eso es así, vuelvo a dar oportunidades a quien quizá no debería darsela.

Puede parecer una tontería pero es algo que ocupa mi pensamiento algunas veces. El hecho de cerrar las oportunidades, de aprender, de tomar toda la experiencia reunida para actuar y para poner una barrera que no deje que nada del exterior perturbe lo que tengo en el interior.

Y es que hay personas que, aunque me resulte sorprendente aceptarlo, desean que las cosas vayan mal. Y lo desean por envidia, y lo desean por posesión, y lo desean con ansia. Con tanta ansia que mucha veces se les ve demasiado, tanto que me cuesta aceptar que la gente pueda llegar a ser así.

Sinceridad, honestidad, claridad de sentimientos, generosidad,apoyo a lo que se quiere sin querer poseerlo son definiciones que no encajan en el día a día de estas personas que lo único que quieren es lo que anhelan sin importarles el cómo, el cuando, el donde ni a quien se tienen que llevar por delante.

Alimentar los embrollos, echar suciedad, toda la que se pueda y más, intoxicar sin miramientos y dejar atrás todo atisbo de ideal de amistad. Una pena, una verdadera pena que me golpea en la cara cuando me meto de lleno en otro intento de conceder oportunidades.

Y las concedo porque casi siempre dejo a un lado mis propios sentimientos para dar cabida a los de los demás aún cuando no se lo merezcan. Y aunque nadie es nadie para decir quien se merece que, me despido diciendo que las personas egoistas y envidiosas, que mal meten y son una simple fachada de cara al exterior con un interior totalmente diferente, no se merecen nada.

Me aplico la lección y para la próxima espero no haberla olvidado o por lo menos, saber ponerla en práctica.

SAN VALENTIN

Echamos el cierre ya, con un tinte y un aura de "envidia sana", a este 14 de Febrero día de los enamorados. Envidia sana porque muchísimas parejas habrán tenido en esta noche que ya se acaba, una cena especial, de esas románticas, de esas que ablandan el carácter y amplían la ternura.

En estos casos suelo utilizar la imaginación, esa que me lleva a sitios y a momentos que me es imposible alcanzar fisicamente en el momento en el que los deseo.

Por eso imagino esta noche, esa cena romántica al lado de unas velas, a tu lado, cerquita tuya, con un buen vino acompañándonos, con tu mirada iluminada, tu sonrisa pícara y nuestros besos.

Me voy a la cama con esta imagen en mi cabeza y con la seguridad de que vamos a tener esa cena de 14 de Febrero en cualquier noche en la que estemos juntas.

Te quiero mucho. Tuya.